De vuelta en la residencia Echegaray, Susana preparó en especial una deliciosa comida y esperó con Ámbar a que Santiago volviera para cenar.
—Ámbar, a partir de ahora somos una familia. Aunque acaban de comprometerse, la fecha del matrimonio ya está decidida. Así que te casarás con nuestra familia muy pronto.
—Señora Navas, este asunto aún no está terminado. —Ámbar se sonrojó.
Justo en ese momento, escuchó el sonido de la puerta abriéndose desde el exterior y dejó rápido sus cubiertos.
—Santiago. —Susana también se acercó—. Santiago, mira qué virtuosa es Ámbar. Es sólo el segundo día de tu compromiso y ha venido a preparar una comida que consiste en todos tus platos favoritos.
Santiago tenía una expresión fría y despreocupada.