Basándose en lo que Ámbar conocía de Santiago, sabía que investigaría la autenticidad de la grabación. Él era una persona escéptica, por lo que ella calculó que instalaría cámaras de vigilancia en lugares importantes como su dormitorio. En cuanto al resto del asunto, no tendría que preocuparse.
Mientras tanto, Santiago llamó a Paco con la cara ensombrecida y le ordenó:
—Enciende ahora mismo el portátil de mi despacho y descarga las imágenes de la cámara de vigilancia de mi dormitorio. Te enviaré la hora.
—Presidente Echegaray, ¿no ha ido de excursión? ¿Por qué de repente...?