Cuando Delfina escuchó la voz, sus manos temblaron.
—¡Samuel!
Mientras tanto, Paco sintió que algo no iba bien y preguntó:
—¿Qué pasa, señorita Murillo? ¿Qué ha pasado?
—Samuel es... —Cuando estaba a punto de explicar, recordó la advertencia del secuestrador, así que se detuvo de inmediato. Después de todo, le recordó el incidente con su abuela, y todo lo que pudo sentir en ese instante fue pánico.