—No, no lo están. Sólo comiendo verduras crecerás sana, con una nutrición equilibrada —le dijo Delfina a Carla—. Quien termine de comer las verduras primero podrá comer helado cuando lleguemos a casa esta noche.
Los ojos de Carla se iluminaron ante las palabras de Delfina. Después de llevarse a la boca las verduras de su cuenco en varios bocados, balbuceó:
—¡He terminado mi comida!
—Ve más despacio cuando comas. —Delfina limpió la comida de la comisura de la boca de Carla—. Toma un poco más del pescado.