—He llevado la receta para que la analicen. Si la receta es correcta, dejaré que el pasado quede en el pasado. —Cuando la voz de Santiago bajó, Delfina se sintió nerviosa.
Entonces, él echó un vistazo a la sala, donde había unos cuantos montones de frutas y flores.
—¿Alguien vino a verte?
El corazón de Delfina palpitó y trató de reprimir su ansiedad.