Delfina apoyó la cabeza en la almohada, mirando a Janice con curiosidad. ―
«¿De qué han hablado?»
Janice estaba sentada junto a la cama, pelando una naranja.
—Contrabando de Farmacéutica Murillo. —Quería saber si está investigando. Hace que sea más fácil verte usando esa excusa—. Le dio la mitad de la naranja a Delfina.
―«¿Lo ha admitido?»
—Por supuesto que no. No es estúpido. Los empresarios odian involucrarse con nosotros. Si lo admite, tendrá que ayudarnos, y eso significa que iremos mucho a su empresa. ¿Crees que nos dejará hacer eso?