―«La directora de finanzas, Estefanía Camacho, es la empleada número uno de Gerardo, y me están bloqueando fuertemente. No puedo acceder a su libro de cuentas».
—No te preocupes —dijo Santiago, sirviendo una taza de té y luego empujándola frente a ella—. Pronto podrás revisar sus cuentas sin problemas.
―«¿Por qué?»
—Farmacéutica Murillo pronto caerá en otra ronda de crisis financiera.
Delfina se quedó perpleja ante sus palabras, pero el teléfono móvil que había colocado sobre su mesa vibró de repente.